domingo, 26 de abril de 2015

Y se me olvida...una vez más

Y sí, se me olvida. Demasiado fácil y demasiado pronto.
Pasan los días y las horas, y al final vuelves la vista y no queda nada, o al menos nada evidente que sirva de consuelo ante los muchos minutos que sientes perdidos.
Todo pasa...irremediablemente es así y no sé si me gusta o más bien no me queda de otra que soportarlo...más bien.
Supongo que ya voy entendiendo eso de que el tiempo vuela y cuando te quieres dar cuenta, o sea, ser consciente, ha pasado media vida y ni siquiera recuerdas como la viviste, más que nada porque dedicaste la mayor parte de ese tiempo a soñar lo que te gustaría o lo que al menos te alejaba de lo que no te gustaba tanto.
Parece fácil cuando te das cuenta. Pero inevitablemente vuelvo a lo mismo una y otra vez. Qué bonito es que el mundo se vuelva del color que tú sueñas, y qué gracioso, original y excitante es pensar que las cosas son como tú las estás soñando. Lo son menos cuando despiertas y vuelves a poner los pies en la tierra. No es que sea malo, al contrario, desde luego, pero no agrada tanto y no es tan fácil ni claro saber por dónde querrías caminar realmente en caso de no haberte dormido e ido a las nubes.
¡Ay la memoria! Aliada a veces, pero otras muchas traicionera. Recordar todo sería horrible, pero también olvidar todo es la gran tragedia que tanto miedo da siquiera imaginar.
Y sin embargo es un hecho, el tiempo pasa, y no todo se retiene o no todo se quiere retener...ni a todo se quiere afrontar...ni todo apetece ser vivido...o al menos...recordado...