domingo, 30 de junio de 2013

Sí y No...

Dudas, y te parece todo tan cierto...
Te callas, y sientes tanto alboroto...
Hablas, y escuchas tanto silencio...
¿Puedes sentir mayor contradicción que tú misma?
Vives, y sientes que mueres en cada pensamiento...
Respiras, y sientes que falta el aliento a cada segundo...
Palpitas, y sientes pararse todo tu cuerpo...
Recuerdas, y sientes que toda tu vida se muere de nuevo...
Reniegas, y sientes afirmar cada palabra...
Amas, y sientes odiar todos sus pasos...
Quieres odiar...y no, nunca podrás, no serías tú, no sería tu vida, tu camino...
Minuto a minuto, contradicción tras contradicción, quieres y no puedes...
Intentas, pruebas, pero odiar no sabes... y realmente...tampoco quieres...
Mil formas, mil intrigas, pero odiar no puedes...

No quiero ser...

- ¿Quién soy?- pregunta la tristeza al engaño.
- ¿Quieres que te mienta?- responde con sinceridad inusitada el engaño.
- No sé si quiero saberlo, pero no deja de rondarme el alma.-
- Quizá es tu propio miedo quien te oprime.-
- Puede ser, tal vez. No lo sé.-
- Pero deberías saberlo. Eso te ayudaría a saber quién eres.-
- Seguramente. Pero sí sé algo, lo que no soy, lo que quieren que sea y yo no quiero ser: una excusa... un pretexto... una herida... un recuerdo...

Vértigo

Sentir que la vida se te asoma y se te escapa...
Sentir que unos días vuelan y otros se hacen eternos...
Que hay miradas que se clavan tan hondas que el olvido jamás llega a ellas.
Que la impotencia se te enquista en el alma.
Hay momentos en los que la alegría borbotea por dentro y te duelen los pulmones de sentir que se ensanchan.
Hay momentos que el gris se hace tan gris que piensas que jamás puedas existir color más triste.
Y que nada depende de tu mano...
Que estás a la deriva esperando hundirte o llegar a la orilla.
Que nunca comprenderás ni tu propia vida.
Que nunca sentirás que la serenidad es tu compañera constante, sin que se marche al instante.
Que las lágrimas vuelven a estar presentes.
Que lo que creías olvidado y superado emerge con nueva fuerza.
Sentir que no eres nada.
Sentir que eres grande y a la vez muy pequeña.
Sentir que la esperanza se marchita a tu lado.
Sentir que la agonía se te hace demasiado cercana.
Sentir que la duda quiere colarse en tu corazón.
Hay momentos que te sientes fuerte y contra todo puedes.
Hay momentos que pareces flaquear y te falta aliento.
Hay momentos que tiemblas y tiemblas.
Hay momentos que suspiras y esperas ansiosamente, sin saber qué.
Hay momento que sientes un temible y enorme vértigo...

miércoles, 5 de junio de 2013

AHÍ, ESTARÉ YO

Cuando sientas odio y rencor,
cuando surja una lágrima
en lo más hondo de tu alma,
cuando la locura esté al acecho,
en lo más oscuro de tu mente,
en lo más denso de tu espíritu,
ahí, búscame ahí y grítame.
Hazme despertar de tal sueño,
hazme velar por tu real camino,
que ni un pequeño rayito de tiniebla
ni un pequeño resto de maldad
siga tus pasos y empañe tu belleza.
Que yo pueda ver tu caminar,
sostenerte ante el miedo
arrancarte una sonrisa ante el frío
y darte un abrazo de cariño
cuando en ti sientas desprenderse
la roca que sujeta tu esperanza.
Que puedas verme ahí, a tu lado,
triste y llorosa, pero siempre cerca.
Mírame; que el odio y rencor
se vuelvan espada cortante ante mí
y partan en dos mi desesperación
para no perder confianza y observarte.
Ahí, en lo más triste y recóndito,
en lo más oscuro y solo, ahí búscame
que yo estaré, junto a la soledad,
acariciándola, dándole ánimos.
Búscame en lo más solo y profundo.
En lo más gris, estaré Yo.

M.R.enero’96

¿POR QUÉ?

¿Por qué los porqués?
¿Por qué el por qué de la vida,
de la muerte y del triunfo de seguir?
¿Por qué vive el fracaso
 por qué muere la vida?
¿Por qué sigue viviendo
el alma que no olvida?
¿Por qué surge el adiós
del corazón que envidia?
¿Por qué? Sólo porqués
de porqués de la vida.

M.R.diciembre’95

... LÁGRIMAS

Cuando faltan las palabras
para expresar lo que siento,
 cuando el dolor o la risa
se apoderan por dentro...
Cuando se muere un recuerdo
o lo mata el silencio.
Cuando te ríes de la vida
y no te importa estar muerto...
Cuando en el mar revuelto
se besan el viento y las olas.
Cuando unos ojos con otros
se terminan fundiendo...
Cuando sientes que flotando,
entre nubes te encuentras.
Cuando suspiras al cielo
y se te escapa un lamento...
...Se te escapa un lamento
que te hiere en el alma
y te arranca una lágrima
en señal de sufrimiento...
...Sufrir que quizá no es certero,
no es dolor lo que sientes,
 y tus ojos, quién sabe,
de verdad están riendo...
la confusión la ha creado
una pequeña gotita de agua.
 Una perlita salada
que tu mejilla ha rozado.
 Te ha tocado, acariciado,
 se ha impregnado de ti,
 y todo tu sentir en ella
se ha visto reflejado.
Y cuando el mar es tu alma,
y el viento y las olas,
 y los ojos a los que miras,
son, todo, tus recuerdos...
Cuando suspirando ves
que en la tristeza mueren
y en la alegría renacen,
pero al tiempo han escapado...
 Es entonces, que de tus ojos
surgen esas perlas cristalinas,
que por tu piel te conocen,
y a la realidad te están llevando...


M.R.enero’99

¿Despedidas?

Cuando en el silencio surge un recuerdo...
Cuando la tristeza o la risa se apoderan por dentro...
Hace 15 años que escribía algo similar y ahora vuelve a retumbarme una rima por dentro. En aquél entonces me marchaba yo camino de un futuro incierto, ahora es parte de mí la que también se separa, pero esta vez con x caminos que se enlazan y separan a cada paso.
Con unos más cercanía, con otros más distancia aparente o sin recorrer, pero de todos me quedo una gran ternura, alguna mirada perdida, algún rostro enigmático, pero sobre todo una amplia sonrisa y algunas lágrimas.

Hemos recorrido juntos un camino, una esperanza, una ilusión, hemos aprendido, o al menos  intentado, la lección que la vida ha querido enseñarnos cada día, en cada rostro, en cada espacio y con cada palabra y sus silencios. Detrás de cada momento, lección o tarea, siempre quedó un eco de esfuerzo o pereza, de aliento o inseguridad, de confianza o vacío, de tristeza o rebeldía, de insatisfacción o de lucha, siempre quedó un hueco para la inquietud, para la palabra, para la ayuda, pero nunca, al menos conscientemente, para el menosprecio, la batalla perdida o la indiferencia. Y yo siempre estaré aquí...