lunes, 20 de enero de 2014

Dejar...y dejarse

Duele dejar. Duele dejar atrás, recuerdos, momentos, vida. 
Duele dejar personas, esperanzas, ilusiones perdidas. 
Y la vida no deja de ser eso, dejar... 
Solo dejando se puede seguir avanzando. Solo quien deja amarras sigue adelante. 
Pero duele, duele dejar. 
Y duele, hasta más, dejarse. 
Dejarse llevar, seguir la corriente, seguir el ritmo. Parece fácil, parece cómodo.
Salvo cuando te enredas y enredas y al final... no encuentras fin... solo que duele...
Pero si no te dejas tampoco avanzas, tampoco creces, tampoco vives...
Paradoja enigmática del dolor, dejar y dejarse, sanar y arrancar, parar y avanzar, seguir o quedarse...

Haciendo camino

Ser felices, ¿quién no anhela ser feliz?
Todo en la vida parece encaminado a ese fin.
Y sin embargo, cuántas veces cuando vuelves la vista te encuentras en mil derroteros que te enredan como laberinto y te alejan de esa ansiada meta.
Son tantas las ocasiones en las que la tristeza parece empañarnos el camino.
Y otras tantas en las que la niebla parece hacerlo desaparecer.
Pero quizá son más aún las veces en las que directamente no hay camino porque hemos perdido el norte.
Para todo hay ayuda, para todo hay consejos, para todo hay remedios.
Pero ¿quién se atreve a buscar en sí mismo las causas por las que no encuentra ese camino?
Es más fácil quizá quedarse en los pasos intermedios, el trabajo, las relaciones, la salud,...
¿Quién se busca a sí mismo en el día a día? ¿Quién recupera el camino para no perderlo?
Quizá es que ni siquiera haya camino, quizá esa meta se desvanece y no lo es, no es fin de trayecto, ni siquiera trayecto, sólo eres tú mismo, la forma en que te afrontas, haces y te dejas hacer camino...

viernes, 17 de enero de 2014

Apatheia





Me falta la constancia, se me olvida la raíz, me empeño en controlarla en lugar de disfrutarla, me tambaleo en la ambivalencia y hasta parece que a veces la espanto, pero siempre está ahí, aún de forma intermitente, pero está ahí, como siempre...,gracias amiga por recordármelo, pues no deja de ser su sello. 

sábado, 4 de enero de 2014

Dulzura

Dulce mirada que se te clava y en tus pupilas sigue perenne.
Dulce recuerdo que se te enquista y no quiere borrarse.
Dulce ausencia que no deja de estar a su modo presente.
No sé si es fingido, no sé si es sueño, no sé si es real. Pero sí sé que es vivido.
Triste nostalgia, triste retorno, triste rutina que la locura aleja.
Dulce y triste, temido y ansiado tiempo.
Ver las horas pasando minuto a minuto cuando quieres que se detengan.
Y ver los días que como anclas pesadas se detienen y no avanzan.
Temer tu efecto y ansiar tu premio.
Y mientras, sigues con la mirada, el recuerdo y la ausencia prendida en tu cuerpo.
Con esa luz que brilla sin apagarse.
Con esa palabra dulce que te serena y te aplaca.
Con esa sonrisa dulce que te arrastra y te alienta.
Con esa dulzura tierna que te esponja el alma.
Y te hace mirar arriba, te remonta...
Quizá con deseo, pero más bien con miedo.
Ansiado y temido tiempo.