...Dudo mucho que lo consiga, dudo mucho que pueda expresar algo que no trascienda el día a día, el momento, el torbellino de sensaciones...
Me resulta tan difícil quedarme atada a los acontecimientos. La distancia inevitablemente toma parte, incluso a veces menos de lo que quisiera, por la de cosas que muestra, que enseña...
Quizás no sé escribir-sentir nada que sea sencillamente normal...
En todo hay un eco, una distancia...
Son los imprevistos que surgen en un momento, sin verlos venir, de ahí su nombre...
Son las emociones que atropellan y esclavizan...
Son las mil ideas y temores que se agolpan en la mente al mismo instante...
Y sin embargo al final ves, sientes, encuentras... cosas diferentes...
Es la desesperación que se hace presente y se agolpa en la impotencia del miedo...
Es la audacia que salta barreras para acercarse y tratar de lograr lo que parece imposible...
Es la rapidez que se encamina buscando soluciones apresuradas que parecen no llegar...
Es la esperanza que aúna y al mismo tiempo congela el tiempo...
Es la ansiedad que aprisiona y arrincona el alma temerosa...
Es todo al mismo tiempo, y es eso, tiempo, que pasa...y pasa sin detenerse...
Y es que en todo hay un eco, una distancia...
Son los años que pasan llenos de sinsabores, de rencores guardados, de esperanzas prisioneras, de extraños convertidos en aliados, de aliados que se vuelven distantes o quizá aparentes enemigos. Son las emociones que en un minuto cambian todo y ennegrecen lo que antes palidecía.
Pero al final y siempre, el tiempo... Todo pasa, todo se acaba,... también la ira y la impotencia, también la espera..., y la sonrisa vuelve a recuperar la calma, y el aliento...
Todo pasa,... y en todo hay un eco, una distancia...
Difícil en el momento, dolorosa e incluso injusta, inevitable y deseada, al final llega, porque todo pasa...
Y es difícil, muy difícil no salir de la normalidad, es difícil, muy difícil, no tomar distancia...